La irritación o inflamación del nervio ciático provoca la ciática o lumbociática, patología que puede ser muy dolorosa e inhabilitante para correr.

Si no la has padecido, es muy probable que hayas sabido de algún familiar o conocido que sufrió ciática. Se trata de un dolor producido por la irritación o inflamación del nervio ciático, que se forma por raíces que salen desde la parte más baja de la espalda, zona conocida como columna lumbar (l4, l5 y primera sacra, principalmente).
Según explica el Dr. Martín Hidalgo, traumatólogo y especialista en columna de Clínica MEDS La Dehesa, esta patología se genera a causa de una inflamación en cualquiera de dichas raíces, “que puede ser debido a una compresión o lesión producida por una Hernia del Núcleo Pulposo, o de una compresión por artrosis, por estructura ósea o de ligamento”, señala.
En relación a su prevalencia en runners, el especialista indica que la también llamada lumbociática tiene la misma frecuencia en corredores que en no corredores. Acota, eso sí, que estos deportistas suelen presentar lumbagos con características facetarias, los cuales se originan en la articulación facetaria que está en la parte posterior de la columna y comprende la articular ascendente de una vértebra y la articular descendente de la otra.
¿Qué señales manifiesta? Puede presentarse con síntomas de tipo doloroso y quemante a lo largo de todo el nervio ciático, que abarca zona lumbar, glútea y hasta la pierna. También suele generar disestesia o alteraciones en la sensibilidad de la pierna, así como alteraciones motoras.

Para Obligada

Hidalgo recomienda que una vez detectada la lumbociática, “lo ideal es que la persona detenga la práctica del running para que se evalúe, realice estudios de imágenes y trate las molestias con analgésicos y antinflamatorios. Su reposo deportivo se extenderá hasta que se elimine la inflamación de alguna de las raíces que está generando el cuadro. Es que si hay compromiso neurológico de fuerza o sensibilidad no podrá correr por el dolor y tampoco logrará mover el pie o la pierna”.
¿Transformarse en crónica? “Es muy poco probable”, asegura, toda vez que “por lo intenso del dolor los deportistas suelen consultar a tiempo y realizan el trabajo requerido para mejorarse. Puede quedar una sensación de poca elongación en alguna extremidad, pero los ejercicios posteriores son claves para la recuperación”, afirma.
El traumatólogo advierte que la ciática puede confundirse con patologías de la cadera, músculo piriforme y que afectan a los músculos isquiotibiales, estas últimas bien comunes en corredores.
Una vez detectada, la enfermedad requiere un tratamiento conservador, con reposo deportivo y aplicación de analgésicos. Puede incluir el uso de corticoides inyectables y trabajo kinesiológico.
También, por cierto, se puede prevenir. “Eso se logra realizando ejercicios isométricos, lumbo-pélvicos, de estabilización del core (grupo de músculos de la zona abdominal, de la articulación de la cadera y de la espalda baja, principalmente) y de elongación. Además es recomendable no fumar, porque esta práctica incrementa o daña la irrigación, acelerando el desgaste del disco”, expresa.