Nuestro sistema hormonal ejerce un rol fundamental para que podamos correr y tener un buen desempeño. En este artículo te contamos cómo.
Aclaración: la sensación de bienestar y placer que nos invade tras correr no es mérito solo de las endorfinas. Según un reciente estudio publicado en la revista Cell Metabolism, este fenómeno, conocido como “euforia del corredor”, también está relacionado con la leptina, una hormona que regula el apetito.
Sus autores consideran que las señales hormonales que controlan la alimentación y el ejercicio físico están estrechamente relacionadas.
Una de sus conclusiones precisa que los mamíferos, especialmente los humanos, han desarrollado un sistema hormonal que fomenta las carreras de resistencia como un mecanismo para maximizar las posibilidades de encontrar comida. Y la leptina, de acuerdo a la investigación, es la encargada de realizar esta función.
Como la leptina, muchas otras hormonas se relacionan directamente con la práctica deportiva. A continuación te contamos más sobre este importante vínculo.
Eficientes Herramientas
“Con estímulos tan potentes como el ejercicio físico y la alimentación, se puede llegar a controlar en gran medida el sistema hormonal”, comenta a modo introductorio el Dr. Rafael Gutiérrez. El especialista en Medicina Deportiva de Clínica MEDS explica también que las hormonas son segregadas por las glándulas endocrinas que tenemos en el organismo y son las encargadas de hacer que éste realice sus funciones.
Añade que, en la actualidad, las hormonas son las más eficientes herramientas para la regulación del crecimiento, estimulación en mujeres posmenopáusicas, remodelación ósea, metabolismo de la glucosa, desarrollo muscular y evitar el sobrepeso, entre otras funciones.
Sobre su rol en la práctica y rendimiento deportivo, específicamente de los corredores, el facultativo expone que su labor principal se relaciona con la obtención de energía. “Como en la actividad física el consumo de energía es elevado, se necesita un correcto transporte y aprovechamiento de la misma a través del organismo. Y en eso las hormonas son muy importantes”, señala.
A continuación, el Dr. Gutiérrez revela cuáles son las que ejercen más influencia en el desempeño de los runners y de qué manera:
-Insulina: Hormona anabólica que acelera la síntesis de proteínas, incrementa el transporte de aminoácidos, reduce la degradación proteica y aumenta la captación de glucosa y el almacenamiento de glucógeno en el músculo.
-Testosterona: Es la principal hormona sexual masculina y también tiene función anabólica. Su mayor efecto se produce a última hora de la tarde. Para optimizar la respuesta al entrenamiento debe trabajar con la mayor masa muscular posible.
-Cortisona: Ayuda a la liberación de GH (hormona del crecimiento) y de IGF I (somatomedinas), las cuales colaboran en los procesos de reparación y síntesis proteicas, por lo tanto incrementan el anabolismo proteico.
-Hormona de crecimiento (GH): Es una hormona anabólica que si se optimiza aumenta la síntesis proteica. Tiene una estrecha relación con la conciliación del sueño. Lo mejor es dormir 8 horas seguidas para potenciarla y ayudar a la fase anabólica.
-Hormona tiroidea: También se le llama tiroxina y es la encargada de aumentar la síntesis de proteínas y de intensificar la producción de mitocondrias.
-Endorfinas: Son hormonas muy receptivas al entrenamiento cardiorrespiratorio, produciendo gran sensación de placer.
-Serotonina: Influye positivamente en el humor y favorece la conciliación del sueño, entre otras funciones.
Efecto en Lesiones
Respecto al vínculo de las hormonas con la prevención y/o recuperación de lesiones, el Dr. Gutiérrez comenta: “Si bien son varias las hormonas que producen hipertrofia muscular, cada una lo hace desde su mecanismo íntimo de acción. A éstas se les llama anabólicas (como la insulina, el factor Insulino-símil, la testosterona, la STH) y hacen su aporte también en la fase de recuperación de lesiones”.
Las hormonas catabólicas actúan en sentido inverso y degradan proteínas de la célula muscular. Dos ejemplos son el cortisol y la progesterona, las cuales son importantes para facilitar el proceso de modulación que sucede al terminar el ejercicio o durante la fase de reparación.
¿Uso de hormonas artificiales? Hoy en día es posible sintetizarlas para el tratamiento de ciertas patologías, como ocurre con la insulina para el tratamiento de la diabetes o la hormona del crecimiento.
En el deporte, se han ocupado para la mejora del rendimiento de manera fraudulenta. Un ejemplo es el uso de eritropoyetina (EPO), que si bien es producida naturalmente por nuestro organismo se inyecta en distintas dosis para elevar el consumo de oxígeno. Su gran ventaja es que estimula la formación de eritrocitos en la médula ósea mejorando la resistencia. Es la hormona que más se ha detectado en atletas, principalmente en maratonistas y corredores de fondo.
Como es de suponer, la Agencia Mundial Anti Dopaje (Wada, en su sigla en inglés) prohíbe la utilización de este tipo de sustancias ya que constituyen doping, que se define como “la administración o el uso por parte de un individuo sano de cualquier agente o sustancia que no está presente normalmente en el cuerpo… y/o de cualquier agente o sustancia fisiológica introducida en cantidades adicionales a las normales… y/o por una ruta anormal y/o de manera anormal… con el propósito y el efecto de un aumento artificial y una manera injusta del funcionamiento de ese individuo durante el periodo de competición”, afirma el especialista en medicina deportiva de MEDS.