La música puede favorecer la concentración y motivación, pero también generar distracciones inconvenientes para los runners.

No son pocos los corredores que se “enchufan” a la hora de salir a trotar. La mayoría de ellos suele incluso tener su “play list” con la que disfruta aplanando calles. Pese a ello, cabe preguntarse: ¿qué tan conveniente es correr con música?
Juan Pablo Iturriaga, profesor de educación física con un magister en salud, plantea: “Es un tema muy complejo porque los que hacemos running en calle debemos ir atentos a todas las señales, ruidos y situaciones de carrera. Nuestros sentidos deben estar alerta. Con la música uno se desconecta un poco y eso puede exponernos a peligros, en especial si el volumen es muy fuerte”. A modo de ejemplo, señala que al no oír los sonidos externos se podrían producir accidentes con bicicletas, autos e incluso con otros corredores que transitan por la ruta.
Sobre ese escenario, el entrenador señala: “Entiendo que correr con música a algunas personas las motiva y les da un sentido de libertad, en especial a quienes no les gusta mucho trotar y están en una primera etapa de preparación, pero por normas de seguridad yo creo que lo ideal es correr sin música y buscar otras motivaciones para tener un mejor performance”.
No obstante, agrega, que si sus alumnos quieren escuchar música mientras corren, les sugiere que lo hagan escuchando algo que los motive y a un volumen que les permita de todos modos ir atentos a todas las condiciones externas.

Ventajas y Desventajas

A juicio de Juan Pablo, la principal ventaja de esta práctica es que la música aumenta la motivación en algunas personas. Por el contrario, la mayor desventaja es que se pierde la capacidad de que los sentidos estén cien por ciento focalizados en la actividad.
Ignacio Gallardo, Doctor en Psicología y especialista en Psicología Deportiva, ahonda en el tema. “Escuchar música es una estrategia de aislación de distractores muy usada en varias actividades que requieren focalizar la atención (concentración). Y su función se explica fácil al entender que la música resume a todos los estímulos auditivos de menor intensidad y por tanto actúa como una cortina sonora, permitiendo que la persona elimine la presencia de distractores en su mente”, explica.
Luego detalla algunas ventajas que, desde su perspectiva, tiene esta práctica:

-La mayoría de los deportistas son afines a la música, por lo que al escucharla viven una experiencia grata. Ello podría amilanar la fatiga y el esfuerzo de un trabajo físico-técnico, sostiene.
-“La experiencia sonora puede facilitar la entrada a los estados de flujo, tan deseados en los deportistas de modalidades que requieren resistencia”, señala Ignacio.
-La música facilita la instrospección, situación que en general es muy difícil de lograr cuando la modalidad deportiva exige constante atención a estímulos externos.
-El uso de la música aumenta la noción de autocontrol del rendimiento del deportista, por cuanto está haciendo uso de un dispositivo auto-agenciado.

El sicólogo deportivo señala también los contras que puede tener el “correr enchufados”. A saber:

-Es posible que el deportista encuentre una distracción con la música que le agrada.
-Puede que el deportista no realice esfuerzos a máximas intensidades por estar en un grado de alivio transitorio, provocado por el goce que le produce la música.
-El deportista se podría desconectar del entorno por el grado de introspección facilitado a través de la música.

Cómo Hacerlo

Considerando los pros y contras señalados, cabe preguntarse: ¿qué aspectos debiera considerar un corredor para que esta práctica resulte conveniente?
Para Juan Pablo Iturriaga lo fundamental es escuchar la música a volumen moderado. Al mismo tiempo recomienda siempre planificar y conocer la ruta a recorrer, ya que eso ayudará a minimizar los riesgos asociados a posibles distracciones generadas por la música. También considera importante planificar la lista de temas a escuchar, de manera que sea acorde con el ritmo de entrenamiento del corredor. “Si en un comienzo se coloca música con batidas muy rápidas, uno va a tender a apurar su ritmo, o si la música es muy lenta puede ocurrir lo contrario, y eso puede ser contraproducente. Así, el runner debiera hacer una play list acorde a su ritmo de carrera, y tratar de escuchar música más movida o motivante en los tramos más difíciles”, aconseja.
Ignacio Gallardo aporta otros aspectos importantes a tener en cuenta: “En general se recomienda que el deportista entrene con música previamente conocida, para eliminar el factor novedad y evitar que se produzca una distracción en vez de concentración. Asimismo, se recomienda que la música no tenga mucho contenido en letra o bien sea en idioma no habitual, para que el deportista no se distraiga con los parlamentos de la canción”.
Añade que si lo que se busca es mejorar el rendimiento deportivo, hay que estar dispuesto a explorar diversos estilos musicales, ya que a veces la música preferida por el corredor no necesariamente va a ser la que ayude a conseguir el resultado esperado. Ignacio además advierte: “Los ritmos y tiempos probablemente hagan sincronizar los bioritmos, por tanto es mejor que para los momentos de mayor o menor intensidad del entrenamiento hayan diferentes velocidades en favor del propósito del entrenamiento. Lo anterior puede ser explorado por el propio deportista lo que favorecerá su grado de control sobre su rendimiento, o bien puede buscar apoyo en profesionales que lo asesoren”.