Al afrontar desafíos de largo aliento como el maratón, nuestra mente desarrolla una carrera en paralelo, pasando por varias fases que conviene conocer y manejar.

Por Rodrigo A. Cauas E.
Psicología & Coaching Deportivo

En una carrera de largo aliento y aeróbica como es un maratón ocurren muchas cosas no sólo desde lo físico, técnico o nutricional, sino también desde lo mental. En muchas ocasiones hay factores psicológicos que uno puede prever y en otros casos simplemente irrumpen de manera sorpresiva afectando de alguna u otra forma la toma de decisiones, la focalización y los pensamientos durante la carrera.
En este artículo analizaremos ciertas cosas que desde el punto de vista psicológico ocurrirán sí o sí durante el transcurso de una carrera. Estos elementos pueden estar muy presentes o sólo aparecer de manera tangencial, pero cualquiera sea la forma, siempre es importante tenerlo claro para que en lo posible no afecten el rendimiento.

Fases Mentales

Durante una carrera ocurren una serie de fases mentales que se van sucediendo casi de manera ordenada y que muchas veces tienen relación directa con lo que va experimentando el corredor, por lo cual conviene conocerlas y saber cómo actuar en cada una de ellas.
Estas etapas mentales son seis: activación, soliloquio, transición, enfrentamiento, dureza mental y éxtasis.
A continuación las detallamos.

• Etapa 1: Activación
Esta fase ocurre normalmente desde la previa de la carrera hasta los 5 kms. aproximadamente. Durante este periodo una de las características más esenciales es que se entremezclan, por un lado, pensamientos de emoción (¡la carrera ya comenzó!) y, por otro, de dudas acerca de si se podrá cumplir con lo preparado durante la carrera y con la meta propuesta. Así, entonces habitualmente se produce un “error cognitivo”, ya que esta emoción inicial no hace pensar en el sufrimiento que se tendrá durante la carrera. Esto es irracional, ya que claramente eso sí ocurrirá, pero nuestro cerebro en esos momentos lo pasa por alto.
La recomendación durante esta etapa es anticiparse un poco a lo que va a pasar, elaborando alguna estrategia en lo psicológico o simplemente visualizando lo que sucederá. La principal tarea de un maratonista acá es tomar el control de las emociones, ajustarlas a lo que verdaderamente está ocurriendo y no dejar que se exacerben.

• Etapa 2: Soliloquio
En esta segunda etapa, que ocurre entre los kms. 6 al 15 aproximadamente, puede existir harta comunicación con otros. Esta comunicación se dará más desde el punto de vista no verbal (lenguaje corporal, respiración, etc.) que verbal, pero la mayor “conversación” será consigo mismo. En esta fase también habrá un desconocimiento de las posibilidades que se pueden tener durante la carrera, y suele existir una tendencia inconsciente a salirse de la planificación ya que el atleta se siente bien y también está motivado por el apoyo externo.
La emoción del comienzo, sumada a la ansiedad (el sistema nervioso es el que más gasta energía de nuestro organismo) y a la comunicación interna van generando un primer cansancio. Acá la tarea del corredor es anticiparse un poco a todas estas eventualidades y establecer un foco interno.

• Etapa 3: Transición
En un tercer momento ocurre la transición o etapa psicológicamente neutra. Sucede aproximadamente entre los kms. 16 y 23 de la carrera, y se caracteriza porque va desde la alegría inicial hasta el comienzo del cansancio físico y mental. Es el periodo mejor y más real desde el punto de vista psicológico, ya que no hay malinterpretación de lo que está pasando. Se vivencia todo tal cual está sucediendo. Dado este realismo, tal vez es la etapa en que se debiera correr siempre. Además se potencian mucho los factores cognitivos que pueden ayudar en el auto-diálogo y en la toma de decisiones gracias a la producción o liberación de B.D.N.F. (Brain Derived Neurotrophic Factor), sustancia que mejora las conexiones sinápticas y regenera neuronas.
Por ende, acá ya se puede empezar a vislumbrar el realismo de la carrera y tener una certeza un poco más real del resultado final.

• Etapa 4: Enfrentamiento
Puede ocurrir entre el kilómetro 24 al kilómetro 31, que también es considerado, tal vez “excesivamente”, como el “muro”. Acá es donde la cabeza te da la verdadera señal: “el maratón comenzó”, básicamente porque ya se comienza a sentir la verdadera dureza de la prueba. Desde lo mental, se empiezan a gestar los pensamientos que en las siguientes etapas estarán presentes. Uno de los pensamientos dicotómicos más comunes tiene que ver con la “zona de dudas” y de enfrentamiento hacia lo que hice (entrenamiento) y si estoy en lo correcto (metas, ritmo, etc.). Por tanto acá debe trabajarse el control de los pensamientos para preparar mejor la siguiente etapa, incluyendo pensamientos racionalmente positivos.

• Etapa 5: Dureza mental
Se presenta en la última parte de la carrera, es decir del kilómetro 32 aproximadamente hasta la llegada a la meta. Desde el punto de vista mental es una etapa de mucho gasto y cansancio (es importante recordar que el sistema nervioso es el sistema que más gasto energético produce en nuestro organismo, por lo que es necesario controlar la ansiedad para llegar a esta etapa con energía). La mente lo único que quiere, a partir de ahora, es que se termine este “sufrimiento”. Uno de los mejores antídotos para afrontar esta etapa es anticiparse a todo esto que se está vivenciando y mezclarlo con pensamientos racionales.
Una muy buena estrategia es particionar la distancia restante desde lo mental, premiándose o felicitándose en cada logro. Otro tip que puede ayudar es restar los kilómetros en vez de sumarlos. Es importante evitar la radicalización de los pensamientos al finalizar la carrera, es decir, pensamientos como “todo fue bueno” o “todo fue malo”, “hice una carrera completamente mala”, “nunca encontré mi ritmo”, “debo cambiar totalmente mi entrenamiento”, etc. Este tipo de pensamientos se tienen que ponderar.

• Etapa 6: Éxtasis
Denominada “post carrera”, ya que tiene lugar después de la llegada a la meta. Esta etapa se caracteriza por la llamada “bipolaridad mental” porque, por un lado, se deja de pensar en el sufrimiento, en el cansancio, el dolor y surgen de manera espontánea las emociones positivas generadas por el cumplimento de los objetivos y de la meta, o bien por haber concluido la carrera.
Este es un tiempo milagroso desde lo mental ya que existe un cambio diametralmente opuesto. Lo malo es bueno y lo no tan bueno no es tan malo y en parte esta situación está medida por la liberación de una sustancia que nos hace pensar positivo y sentirnos más felices: la endorfina.

Puede que estas etapas varíen en su intensidad o en el momento en que surjan, pero normalmente se mantienen invariables en cuanto a su aparición. Para un corredor es fundamental poder prever todas las posibles causales de que el rendimiento no se exprese en su 100%. Por eso también es bueno conocer esta carrera que realiza en paralelo nuestro cerebro durante el maratón.