Correr por sensaciones es una habilidad que se puede aprender y que es muy útil en el contexto de un programa de entrenamiento.
¿Has escuchado la expresión correr por sensaciones? Lo más probable es que sí. Incluso, puede que hayas vivido la experiencia, ya sea consciente o inconscientemente.
Para la runner Elizabeth Infante, “hacerlo me da la libertad de desafiarse siempre, de sentir el viento o la lluvia, o como mis pulmones se llenan de aire, sentir como las piernas luchan cada vez un poco más para avanzar y mi mente me obliga a dar al siguiente paso”.
Miguel Balcazar comenta que “es un gran placer, ya que me siento poderoso al sentir la fuerza de mis piernas y avanzar rápido y fácilmente”, mientras que para Vilma Leiva “es lo mejor, es el momento que tengo para mí y mi cuerpo”.
Juan Manuel Badilla también le otorga un valor especial a esta práctica: “implica correr sin reloj, sin GPS, sin ritmo predeterminado, sólo siguiendo el ritmo que da el cuerpo”.
Habilidad Aprendida
Tomando como referencia la última opinión, cabe consignar que en un estudio publicado hace unos años se reveló que los corredores expertos podían imponer un ritmo con un margen mayor o menor de unos 6 segundos en cada kilómetro, mientras que los atletas aficionados con menos experiencia se desviaban del ritmo fijado un promedio de más de 25 segundos por kilómetro.
Tanto lo expresado por Juan Manuel como los resultados del estudio respecto a los corredores amateur se tienden a alejar del objetivo que debe buscarse al correr por sensaciones. ¿La razón? “Porque es una habilidad que puede adquirirse al momento de correr que permite poder llevar un ritmo constante según la percepción de cansancio y velocidad que se tiene, sin necesidad de utilizar tecnologías como los relojes”, afirma Daniel Estrada, entrenador de Run Wolf Club.
Como habilidad que debe aprenderse, el también atleta adidas indica que para que una persona pueda lograr desarrollarla “es necesario comenzar con el ensayo-error. Es decir, en la medida que se parta utilizando esta herramienta en los entrenamientos se empieza a perfeccionar, lo que se va a transformar en un aprendizaje”.
Desde su experiencia, Pablo Mena, profesor de Educación Física y magíster en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, confiesa que “en estos últimos 8 años, de forma general, mis entrenamientos se han basado en mis sensaciones. Esto no quiere decir que he improvisado lo que debo entrenar, sino que en el contexto de un plan de entrenamiento he hecho modificaciones en intensidad, repeticiones y volumen”.
A su juicio, correr bajo este formato es “una habilidad instintiva que se desarrolla mediante la experiencia de conocer su propio cuerpo y que también tiene una base teórica para saber cómo funciona nuestro organismo y los fundamentos que hay detrás de las metodologías de entrenamiento. Esto permitirá realizar entrenamientos cada vez más finos y de calidad. Sin una base científica, empírica y teórica lo más probable que se cometan muchos error al correr a sensaciones”.
Muy Útil
Sobre el real beneficio de esta forma de correr para llegar bien preparado a una carrera o alcanzar un determinado objetivo, Daniel plantea: “es muy útil en la medida que el runner perfeccione la habilidad, ya que si se maneja bien en una competencia de largo aliento se pueden, por ejemplo, distribuir de mejor manera las energías y, por ende, lograrse una mejor marca”.
Estrada reitera que es una práctica que requiere de constante ejercitación y de mucho autoconocimiento de nuestras capacidades. “Por lo mismo se debe trabajar durante todo el proceso de preparación, ya que como cualquier habilidad si no se trabaja se comienza a perder”.
Pablo también destaca las bondades de correr por sensaciones, aunque “siempre y cuando el corredor haya pasado tiempo preparándose siguiendo planes de entrenamientos al pie de la letra, y haya experimentado distintos tipos formatos para conocer cómo se comporta su cuerpo. Esto le permitirá saber qué tipos de entrenamientos le son más cómodos de realizar y cuales son más eficientes para mejorar sus capacidades físicas”.
¿Apoyo Tecnológico?
Mena sostiene que lo ideal es que los entrenamientos a sensación se realicen con el mayor apoyo tecnológico y teórico posible. “Esto permite que los entrenamientos sean asertivos, ya que uno puede sentirse bien realizando un trote aeróbico, sin embargo la frecuencia cardiaca nos puede indicar que físicamente estamos agotados o que estamos entrenando fuera de la zona que corresponde (aeróbica, mixta o anaeróbica)”, asegura.
El coach agrega que en la planificación es esencial incorporar esta forma de correr para regular las sesiones de entrenamiento durante los diferentes ciclos, “ya que esto nos permite no abusar de las intensidades altas cuando nos sentimos bien durante una semana de entrenamiento”.
Daniel coincide en que correr por sensaciones debe insertarse en un proceso de preparación con miras a un objetivo. Añade: “por lo tanto, contar con una planificación es de suma importancia, a diferencia del uso del pulsómetro, ya que la única forma de que esta herramienta pueda ser útil es teniendo los conocimientos necesarios para definir zonas de trabajo. Tener esta habilidad muy bien desarrollada permite no ser tan dependiente de este tipo de tecnología, ya que el corredor se supone que debería percibir, saber o acercarse a los ritmos que definen cada zona de entrenamientos”.